Crónica
Iyulutepet es la iniciativa de un grupo de salvadoreños que se ha propuesto brindar a mapaches, pezotes, tigrillos, coyotes, jaguarundis y otras especies animales y vegetales autóctonas un hábitat protegido que se está revitalizando gracias al trabajo de los integrantes del proyecto.
Daniela Rodríguez *
Junio 16, 2023
Enclavado en las faldas del cerro Nahuistepeque, con una extensión de más de 5 manzanas de terreno privado y con unas vistas únicas se yergue el proyecto Iyulutepet, un santuario natural con exuberante vegetación que proporciona un hábitat vital para una amplia variedad de especies. Entre ellas se encuentran los esquivos tigrillos, los majestuosos jaguarundis, los ágiles pezotes y los juguetones mapaches, todos ellos considerados emblemáticos de la fauna salvadoreña.
Desde 2022, un grupo de personas ha tomado la responsabilidad de proteger y preservar este valioso remanso de vida silvestre en San Pedro Nonualco, La Paz.
La iniciativa surgió de la preocupación compartida por la conservación de la biodiversidad y la necesidad de proteger los hábitats naturales de las especies autóctonas en peligro de extinción. El Salvador, un país con una extensión geográfica de 21,041 km² y una gran presión demográfica que llega a los 300 habitantes por km² (alta en relación con otros países como México, con 65 habitantes por km², Guatemala, con 157; Nicaragua, con 56) es un ejemplo de cómo la vida silvestre ha tenido que ceder el paso a la urbanización y a la agricultura enmarcada en modelos económicos extractivos que priorizan la ganancia monetaria a corto plazo.
Sin embargo, esta realidad también ha permitido que un grupo de amigos, con gran dedicación y pasión, asuman el papel de guardianes de esta área natural, trabajando incansablemente para mantenerla libre de amenazas y garantizar su sostenibilidad a largo plazo, por lo que buscan sea declarada un Área Natural Protegida privada.
De acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, hasta el 31 de marzo de 2023, El Salvador contaba con 179 inmuebles declarados como áreas naturales protegidas, con una extensión de 739 km², es decir, el 3.5 % del territorio nacional(1).
“El trabajo ha sido bastante duro, pero gratificante”, comentó Meybel Córdova, mientras observa un árbol de ceiba de más de un metro de altura que ella plantó durante una jornada de reforestación. Meybel, junto a una veintena de personas conforman el proyecto Iyulutepet. Durante el 2022, en conjunto con pobladores del lugar, se realizaron diferentes campañas de reforestación, entre ellas, la siembra de 1000 árboles nativos de la zona donados por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Alcaldía de San Pedro Nonualco. Este año esperan duplicar la cantidad de árboles plantados, ya que más personas se han sumado al proyecto. Los integrantes de Iyulutepet piensan que una de las mejores maneras de aprender a amar y cuidar el medio ambiente es trabajando en campañas de reforestación y en actividades de monitoreo y observación de la flora y la fauna en el cerro.
El santuario natural, cuyo nombre significa “El corazón del cerro” en lengua náhuat, fue un área depredada por el humano: pastoreo intensivo, caza furtiva, tala de árboles, incendios descontrolados y uso de agrotóxicos son algunas de las prácticas a las que fue sometido el lugar y que casi acaban con la vida silvestre. En Iyulutepet se han implementado diversas estrategias para impulsar la recuperación de vegetación que ha sido degradada o destruida, con el fin de restaurar la salud e integridad del ecosistema.
Video
Con «cámaras trampa» los integrantes de Iyulutepet han captado el movimiento de la fauna del cerro.
El reconocimiento de Iyulutepet como área natural protegida privada proporcionaría un marco legal para la conservación y rescate de la biodiversidad a largo plazo.
“Además de la lucha que se hace para restaurar las partes deterioradas del cerro se implementan otras medidas que incluyen patrullajes regulares para evitar la caza furtiva y la destrucción del hábitat, así como la promoción de programas de educación ambiental para aumentar la conciencia pública sobre la importancia de la conservación y la protección de las especies locales”, afirma a Espacio Marvin Recinos, uno de los miembros del equipo de Iyulutepet.
Una de las metas más importantes es el reconocimiento oficial del área como Área Natural Protegida privada. Este reconocimiento proporcionaría un marco legal sólido para la conservación a largo plazo y abriría puertas para la obtención de recursos adicionales destinados a la gestión y el monitoreo de la biodiversidad. Con este último se ha logrado, hasta la fecha, captar y registrar más de 15 especies de mamíferos, aves y reptiles, tal como se muestra en el video donado por los miembros del proyecto Iyulutepet (ver video).
Según la Ley de Áreas Naturales Protegidas de 2005 del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de El Salvador, un área natural protegida puede ser propiedad del Estado, del municipio o privada, y tiene como objetivo propiciar la conservación, el manejo sostenible y la restauración de la flora y fauna silvestre.
La labor de este grupo ha sido fundamental para impulsar un equilibrio ecológico y proteger las especies en peligro de extinción presentes en este santuario natural, expresa Juan Carlos Recinos, otro miembro del proyecto que espera que la dedicación y pasión de Iyulutepet sirvan como ejemplo inspirador para otros ciudadanos comprometidos con la protección de los tesoros naturales de El Salvador.
(1) Portal de Transparencia, Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Listado de ANP declaradas MARN – 31032023. Extractado el 6 de junio de https://www.transparencia.gob.sv/institutions/marn/documents/otra-informacion-de-interes
* Fotoperiodista salvadoreña
©Derechos Reservados 2022-23 ESPACIO COMUNICACIONES, LLC