Crónica
Texto y fotografía: Carlos Henríquez-Consalvi, Santiago
Junio 17, 2022
Luego de cubrir la primera jornada electoral colombiana, en Bogotá, como próximo destino elegimos dirigirnos hacia San Basilio de Palenque, considerado el primer territorio libre de América y admitido por la UNESCO, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
En el siglo XVIII esclavos africanos se refugiaron en la zona montañosa aledaña a Cartagena de Indias, la ciudad colonial amurallada.
Sobre estos históricos territorios, en el archivo del Museo de la Palabra y la Imagen ya habíamos tenido una referencia visual, a partir de las fotos que en los años setenta registró el fotoperiodista Richard Croos,
Cross inició su carrera como fotógrafo en el Daily Globe en Worthington, Minnesota. De 1974 a 1978 viajó como voluntario a Colombia y documentó la vida en San Basilio. Su trabajo quedó registrado en el libro “Ma Ngombe: guerreros y ganaderos en Palenque” (1979), que incluye 260 de sus fotografías.
Richard murió en Honduras en 1983 cuando junto a otro colega fueron asesinados por la Contra nicaragüense.
De modo que con esos recuerdos salimos desde Cartagena, al norte de la costa colombiana, para seguir a través de una moderna carretera donde avanzamos hacia el interior del departamento de Bolívar.
Luego de recorrer cincuenta kilómetros, tomamos un desvío plagado de enormes baches inundados por la lluvia reciente.
En la entrada del pueblo nos llama la atención el cementerio. Al visitarlo, observamos que muchos nichos están vacíos. Otros, presentan coloridas descripciones como en la tumba de Dionisio Miranda Tejedor, a quien se le agradece por la “defensa de los derechos y la dignidad humana. Mini Ku Suto”.
Ingresamos a San Basilio de Palenque. En el pórtico de humildes viviendas vemos a niños correteando, vigilados por ancianas vestidas de blanco. A diestra, una edificación azul y blanco con una inscripción en lengua palenque: “Possa ri ma chechelo palenge” (Casa de Justicia Ancestral y Comunitaria). En este pueblo la vigilancia es tarea de la comunidad, por lo cual no existe policía estatal.
Más adelante, un grupo de escolares juega alrededor de la estatua de Kid Pambelé, famoso boxeador palenquero, gloria del pugilismo y primer colombiano en obtener un título mundial de boxeo en 1972.
Najle, un músico en Cartagena, previamente nos había proporcionado el contacto de un joven líder palenquero, que nos espera a las once de la mañana.
Mientras llega la hora de esa cita, tomamos un camino de tierra que pareciera conducir a ninguna parte. Avanzamos hacia un paisaje de colinas, en las que mi sobrino Eduardo identifica palmas de cera, árbol nacional de Colombia, utilizado para hacer velas, y habitado por pavas, tucanes, carriquíes, mirlos y loras.
La corazonada dio sus frutos, al costado derecho encontramos enormes letras de cemento que anuncian: Antiguo Palenque. Al fondo divisamos la simulación de un pequeño poblado de chozas de paja, semejantes a las que se encuentran en África.
A lo lejos, alguien nos hace señas para que entremos a lo que parece un parque temático. Franklin nos recibe con una sonrisa enmarcada en dientes muy blancos que contrastan con el color de su piel.
Nos encontramos en la réplica del caserío construido por los esclavos negros sublevados, conducidos por Benkos Biohó, líder negro que a finales de 1599 se vino con treinta esclavos a atrincherarse en este territorio, donde derrotó cuantos intentos armados hicieron los españoles para capturarles.
Franklin me cuenta que su familia es la dueña de este terreno y la idea de hacer un parque temático, que ofrecerá comida típica y hospedaje, la emprendió junto “a una chica de Cartagena”.
Retornamos al poblado y en la plaza se escuchan tambores. En medio de los tamboreros, una joven delgada con típico vestido palenquero -verde amarillo y rojo- danza al compás de redobles ancestrales.
Nos acercamos a la estatua que representa al líder cimarrón Benkos Biohó libertador de esclavos, fundador del poblado en 1603. Su mano derecha alzada al cielo y su rostro con aguerrida expresión.
Se nos aproxima una vecina, lleva el típico vestido de palenque y en su cabeza parece flotar una cesta de dulces de coco que nos ofrece con un pícaro cantadito, al tiempo que alegremente se presenta.
– “Soy la voz líder del grupo musical Las Alegres Ambulancias, me llamo Emilia Reyes Salgado, mi nombre artístico es “La Burgo, la Mella”.
Esta negra que usted ve, desde que abrió los ojos, fue viendo a mi mamá con su canto y su cultura. En nuestro grupo Las Alegres Ambulancias luchamos por conservar nuestra lengua, que dicen es una mezcla de español, portugués y el dialecto Ki-Kongo de África. Actualmente nuestra lengua es materia obligatoria en las escuelas de San Basilio de Palenque”.
Le comento que hemos visto afiches electorales a favor de Francia Márquez, la candidata a vicepresidenta por la fórmula de Gustavo Petro.
Ella infla el pecho, hace un rítmico movimiento de cadera y responde.
– Francia Márquez sí que es una negra que echa palante, aquí vino y todo el pueblo la recibió como una de nosotras… esperamos que gane… quizá en el futuro tengamos en Colombia a una presidenta negra.
Con los tambores en su punto más álgido y las cinturas femeninas ondulando bajo el sol, nos dirigimos a nuestra cita de las once.
En su lugar de ensayo, nos recibe Andris Padilla Julio, más conocido como Afro Neto. Admirado músico y líder juvenil por sus aportes a la cultura palenquera, en especial por la escuela de danza y música para la niñez y su participación en la película La Marímbula, filmada en el continente africano
Neto percibe nuestro interés por los instrumentos musicales que le rodean: pechiche, bongó, timba y tambora. Entonces habla con pasión sobre su trabajo:
– Nuestra música también lleva un filo cultural, pero también político, nosotros cantamos sobre la realidad en Palenque y la de Colombia. Nuestra música está muy arraigada a la tradición ancestral palenquera. Hacemos una fusión, un nuevo género musical que hemos creado aquí́ en Palenque. Cantamos y rapeamos en lengua tradicional palenquera, pero también alternamos con el español. Fusionamos ritmos contemporáneos, como rap y afrobeat, con los ritmos y sones tradicionales de Palenque.
– Veo que tienes a la entrada un afiche de Francia Márquez, le comento.
– Así es… esa es nuestra candidata a la vicepresidencia, aquí en Palenque apoyamos a Petro… pero fundamentalmente si gana el Pacto Histórico, será algo nunca visto. Yo tengo 29 años y he votado muchas veces y nunca hubo una mujer negra en la vicepresidencia de Colombia. Falta poco para la segunda vuelta.
Pronto sabremos si por fin Colombia va a cambiar en favor de los marginados y la paz, o continuarán las mafias gobernándonos con su desigualdad y violencia estructural.
Nosotros tenemos que emprender el retorno a El Salvador. Mientras tomamos conciencia del retorno, comienza a caer una tímida garua, que forma charcos en la agujereada carretera que pareciera hubiese sido bombardeada.
Aunque en realidad es la desidia la causa de que esté tan deteriorada. Y a pesar de las múltiples promesas que el presidente Iván Duque le hizo a la comunidad en su visita de abril de 2019.
Desde la plaza, alrededor del monumento a Benkos Biohó, las mujeres palenqueras enfundadas en sus coloridos faldones, ofrecen alegrías, cocadas, caballito, bolas de maní, enyucado, guandú, mongo, arequipe con coco o conservitas de leche.
A atardecer, los tambores de San Basilio de Palenque recobran ecos insumisos de rebeldía.
Cartagena, junio 2022
La Crónica cerró operaciones en julio de 1980 cuando su jefe de redacción, Jaime Suárez Quemáin y el reportero grafico César Najarro, fueron brutalmente asesinados.
“Nuestro país, no hay duda, es un país totalitario”, escribió en la edición del 30 de agosto de 1954..... La imprenta no vale nada. Imbéciles: los pueblos mudos son Patrias muertas”
Las memorias del diario que atestiguó el inicio de la guerra civil salvadoreña son rescatadas en la voz de uno de sus protagonistas.
Opinión
El presidente Nayib Bukele salió bien librado en las recientes encuestas de opinión pública, especialmente en la evaluación sobre el tercer escalón de su gestión realizada por el Centro de Estudios Ciudadanos (CEC) de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), a partir de la cual el investigador Óscar Picardo consideró como inédito que el mandatario no baja de 8.0 de nota promedio a lo largo del tiempo.
En El Salvador, además de conmemorar el Día Internacional del Trabajo, esa extraordinaria gesta reivindicativa de Chicago de la segunda mitad del Siglo XIX, también se celebra o se critica, según el ángulo de cada persona, el aniversario de las legislaturas que se inician el 1 de mayo, cada tres años.
Letras
Jorge Martínez Mejía
Poeta, novelista y ensayista, Jorge Martínez Mejía estudió Literatura en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Fundador del Movimiento Literario Poetas del Grado Cero.
Doris Arlen Espinoza García
La catedrática nicaragüense Doris Arlen Espinoza García analiza el libro de narrativa breve Cadáveres en el armario.
Cuento
Giovany Emanuel Coxolcá Tohom
Guatemala, premio de poesía editorial PRAXIS 2020. Autor de Las trampas de la metáfora y nuestra identidad en los pasillos de la, ambos publicados por Editorial Universitaria de la Universidad San Carlos
Edgardo Ayala
Foto
Cuatro artistas, cuatro lentes, cuatro enfoques en la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente. ¿Los patrones insostenibles de consumo llevan el plantea hacia un cataclismo calculado? El Salvador tampoco escapa a la triple crisis planetaria que acarrea el cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad.
La inquietud de experimentar, modificar y manipular una imagen partiendo de la realidad me lleva a “fusiones” donde exploro a través de la sobre posición de imágenes
El martirio de Monseñor Oscar Arnulfo Romero –ascendido a primer santo católico salvadoreño en octubre de 2018- ha inspirado a muchos artistas para crear obras en su memoria y obra.
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