Nació en El Salvador en 1960. Estudió dibujo en el taller de Miguel Ángel Polanco (1976), pintura y dibujo en el taller de Rosa Mena Valenzuela (1980-82); participó en talleres libres de dibujo en la Academia Lorenzo de Médicis (Florencia, Italia, 1987). Ha expuesto individual y colectivamente desde 1981. Su obra se encuentra en el Museo de Arte de El Salvador, Museo Forma y la Cripta de la Catedral de San Salvador, entre otros.

Luis Lazo pinta desde hace casi 40 años. Su vida y obra reflejan una personalidad apasionada y rebelde, y no sabemos si su vida define su pintura o si es la pintura la que define su vida. Más que series, son etapas de la vida que se pueden percibir a través de sus pinturas.

En la obra de Lazo nos encontramos mucha sutileza pero, al mismo tiempo, mucha expresión, dos elementos que invitan a la contemplación y a tratar de reconocer la sensación que transmite el cuadro y no solo a observar la imagen por su calidad pictórica. Expresa una intimidad y nos la comparte por medio de sus obras.

Impresiona la intensidad de una coloración que nos resulta única y diferencial comparada con los ejercicios estéticos nacionales contemporáneos, y sorprende, también, cómo el artista se nutre de la historia del arte generando una pluralidad de interpretaciones.

Luis Lazo Chaparro nos presenta una propuesta abstracta. Se trata de una combinación de elementos estéticos que hacen de ella una serie de exquisitas obras de arte, finas y elegantes. Sorprende la frescura con la que aborda la abstracción, en la cual trabaja dos registros interesantes: la abstracción geométrica y la abstracción lírica. La geométrica se evidencia a través del uso de cuadrículas en la totalidad de las obras, en las cuales se convierte en el eje principal, omnipresente, que totaliza y coordina el resto de elementos del plano. En el caso de lo lírico, se trata de elementos de la naturaleza vegetal subordinados a la geometría y que la complementan.