Oriundo de Panchimalco, Mario Vega es considerado uno de los nuevos artistas que revitalizan la escultura en El Salvador. Empezó a educar su inclinación artística tomando clases de dibujo en el Taller Los Encuentros, que preside el pintor Miguel Ángel Ramírez. En el pueblo colorido de calles empedradas e influencia cultural náhuat pipil fue donde también hizo las primeras intervenciones directas en piedra.

En 2009 estudió escultura en la Escuela de Artes de la Universidad de El Salvador (UES) bajo la tutela del salvadoreño Napoleón Alberto Escoto y luego tuvo la asesoría de maestros hondureños e italianos en esta disciplina. Posteriormente se formó en la Universidad Estatal de Arte e Industria de Gzhel, en la provincia de Moscú, Rusia, donde ganó el Premio Único por Cerámica Escultórica en 2015 y Diseño Artístico en el III Festival Internacional de Cerámica de dicho centro de estudios.

Su obra ha sido expuesta en el Salón de Honor del Ministerio de Relaciones Exteriores en 2016, en la Alianza Francesa de San Salvador, el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), el Museo Forma, la Bienal de Escultura y Cerámica Pafra Centroamérica y el Caribe (ICHI) en Tegucigalpa y el Museo Nacional de Antropología David J. Guzmán (MUNA). Entre sus hitos está el trabajo hecho en la escenografía en el encuentro de teatro de máscaras de caoba en el Cabildo Teatral en Santiago de Cuba y en La Habana.