Cultura

La bailarina guatemalteca Andrea Pérez es graduada del Centro Andaluz de Danza de Sevilla, España, en 2018, con especialidad en danza contemporánea y coreografía. | Foto: Ricardo Quiteño

Danzando en resistencia hacia la unidad

Texto: Raquel Kanorroel*

Septiembre 6, 2024

«El alma del filósofo habita en su cabeza;
el alma del poeta en su corazón;
mas, el alma de la bailarina late en todo su cuerpo».

Gibrán Jalil Gibrán, el Poeta del Exilio

«Porque así es la vida: todos bailamos (…) Vivir es bailar: desde que el humano nace, hay un ritmo, y es el ritmo del corazón. Aunque suene romántico, ese beep es el que hace de una vida una danza (…) hasta que el corazón se apaga».

Así se expresó el bailarín profesional Roberto Cardona durante la conferencia de prensa realizada el pasado martes 20 de agosto con motivo del lanzamiento de la 28ª Jornada de Danza UCA, la cual se celebró del 27 al 29 del mismo mes en las instalaciones de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, UCA.  

Y es que una institución académica que se ha caracterizado desde sus inicios por fomentar la solidaridad social no puede menos que fomentar la danza, porque «la danza une», enfatizó Cardona, quien es el Encargado de Danza del Centro Cultural Universitario UCA (CCU). En efecto, la música y el baile «desdibujan y borran esos límites que existen entre unos y otros, generando un espacio de convivencia (…): en un momento tan efímero se borran las barreras culturales y nos olvidamos de nuestras diferencias», continuó expresando el maestro de danza.

Este año se seleccionó el lema ¡Viva la danza! porque se deseaba celebrar la esencia misma del baile, «perfecta expresión de la vitalidad y la pasión por la vida», según decía el programa. 

En el evento participaron la Universidad Don Bosco (UDB), Miss Mauxy Studio, Circus Contemporaneum, Balaré Dance Academy, Humanum Tempore, Pánuk Centro de Danza, Colectivo Raíces, Newschool, Malamezcla Crew y APEX Academy, así como los bailarines profesionales Ale Pinto, Tere Cornejo y Byron Nájera. Del extranjero, participaron la Universidad Rafael Landívar y la Compañía Momentum, de Guatemala, así como la Universidad Estatal de California (California State University, CSU) de EEUU.

Roberto Cardona declara que la Jornada de Danza es un evento emblemático para la UCA y un intercambio cultural, estudiantil y artístico. | Foto: Luis Galdámez

Una danza continua entre memoria histórica y actualidad

Refiere Cardona que, cuando nació el Elenco de Danza UCA en los noventas, las autoridades de entonces discutieron sobre qué tipo de danza se enseñaría, hasta decidirse por la contemporánea, género que permite representar con fluidez tanto momentos actuales como pasados y llevar a una reflexión, porque mediante la danza contemporánea se contempla la realidad desde una perspectiva diferente. 

A través de la danza puede revivirse la memoria histórica mediante distintas técnicas, sin alterar en absoluto su contenido, pues lo importante es mantener viva la esencia misma de los hechos. Por eso Cardona manifiesta que, en la UCA, «nos abrimos a todo tipo de géneros y estilos: queremos eliminar esas barreras que nos dividen entre contemporáneos y clásicos y generar una comunidad». 

«Nuestros mártires son fundamentales en nuestra temática, y esto está vinculado con la promoción de los derechos humanos». Marlen Argueta.

Por su parte, Marlen Argueta, directora del CCU, enfatiza que la UCA «es una universidad de inspiración cristiana y martirial: en ese sentido, nuestros mártires son fundamentales en nuestra temática, y esto está vinculado con la promoción de los derechos humanos», de entre los cuales el CCU promueve especialmente los culturales. 

«Hoy la manifestación estética artística de los jóvenes es muy amplia, estamos permeados por un mundo globalizado y tenemos que abrir espacios para las distintas manifestaciones que se desarrollan actualmente (…) con respeto, con equidad, con espacio para la diversidad, que es importante para nosotros», señala Argueta, pero también dejó claro que es fundamental para ellos conservar y preservar la memoria histórica, «tema con el que nuestras piezas artísticas están fuertemente vinculadas». «La memoria histórica es como la marca de identidad de la universidad», puntualizó. 

Danzando hacia las comunidades para hacerlas danzar

El Elenco de Danza UCA, al nacer durante el período de posguerra en El Salvador, tuvo como uno de sus objetivos fundamentales visitar las comunidades: el país ofrecía un panorama de caos e incertidumbre todavía, por lo que el poder terapéutico del arte en general y del baile en particular era altamente valorado. 

En sus recorridos —relata Cardona— a sus miembros los hacían desviarse de un lado a otro constantemente: estaban bailando en un campamento y de pronto bajo la lluvia o en el lodo…  

Hoy por hoy, el Elenco de Danza continúa enfocado en ir a las comunidades, aunque con otro objetivo: «generar programas donde haya apertura y convivencia (…): ir a diferentes espacios y crear herramientas para que los ejercicios sean más abiertos a la diversidad de los cuerpos, porque el cuerpo del bailarín no debe obedecer a un estándar rígido», expresa Cardona. 

Y es que, aunque el maestro de baile reconoce que a cada arte lo caracteriza su técnica, la apertura que ahora buscan, a fin de llevar la danza a la mayor cantidad posible de público, los obliga precisamente a simplificar los procesos —aunque sin descuidar la calidad estética—, a no enfocarse rígidamente en el aspecto técnico, sino a volver la danza una cuestión de goce y expresión: «Nos estamos abriendo a que todo mundo diga “Yo puedo bailar”», afirma Cardona.  

Colectivo Raíces y Memoria Viva de Chalatenango: el pasado deja de serlo en virtud de la magia del baile y se transforma en una  fuerza enriquecedora del presente. | Foto: Ricardo Quiteño

Danzando con la tecnología

Como con todos los temas, no puede hablarse hoy sobre la danza sin señalar los cambios que ésta experimenta gracias a las nuevas tecnologías.

Norma Cortez, directora Cultural de la Universidad Don Bosco (UDB), recuerda que en la pandemia se les presentó el reto de cómo hacer danza por medios virtuales, cuestión que obviamente fue complicada, «pero el ser humano se reinventa, tiene esa posibilidad de evolución (…) La danza contemporánea que vimos hace un par de años ya está cambiando, volviéndose una forma expresiva que va rompiendo cánones establecidos: esta es la riqueza precisamente». 

El CCU se constituye en un centro de formación artística abierto al público en general.

Y Byron Nájera, bailarín y coreógrafo nacional, pone la pieza El Camino de los justos (la cual tuvo a su cargo montar con el Elenco de Danza UCA para la recién pasada jornada) como ejemplo de tal evolución, pues en ella «vemos un lenguaje más dinámico, pero que al mismo tiempo lleva un rayo de luz, un mensaje de memoria histórica. De esa manera vamos haciendo un equilibrio, no olvidándonos del mensaje, sino dándole una nueva cara, un nuevo ropaje técnico». 

Afirma el coreógrafo que la evolución en el lenguaje —o la forma— es la clave para llevar al público el mensaje —o el contenido— que se quiere transmitir. Nájera confía en que, al contemplar ese nuevo ropaje técnico en las coreografías, el niño o el joven de una comunidad se sentirá compelido a aprender a bailar, ya que «el “gancho” entra por lo visual», asegura. 

Por esta capacidad de evolución que tiene el lenguaje de la danza es que la directora Cultural de la UDB asegura que se trata de una «actividad humana que no dejará de existir, y que obviamente irá transformándose como se irá transformando el ser humano».

De izquierda a derecha: Norma Cortez, directora cultural Universidad Don Bosco, Roberto Cardona, de Danza UCA; Alexander Méndez, Secretario de Integración Universitaria UCA; Marlen Argueta, directora del CCU y Byron Nájera, artista nacional de danza. | Foto: Luis Galdámez

Un espacio de resistencia que se abre más a medida que otros espacios se cierran 

«En el CCU no sólo promovemos el aprendizaje de técnicas de manifestación artística, sino también espacios de convivencia, que son importantes para crear profesionales integrales», enfatizó Argueta. Sin embargo, la importancia de aquél se acrecienta dentro del contexto de censura que existe hoy en el país, volviéndolo un bastión de resistencia. 

«El CCU está abriéndose a todos los estudiantes y a toda la comunidad artística en el país: sabemos que hay muchos espacios que se están cerrando y estamos tratando, en la medida de nuestras posibilidades, de abrir el nuestro a dicha comunidad artística, para que también los estudiantes de la UCA puedan encontrarse con ésta, pues sabemos la situación en que estamos actualmente», expresó la directora de dicho centro. 

«Ese es nuestro reto —continuó— y esperamos que de aquí a unos años podamos ver que sí se ha hecho efectiva tal apertura para todos y todas».

Para finalizar, Roberto Cardona reconoce que es ardua la labor del CCU en esta coyuntura, labor que va más allá de brindar educación artística a estudiantes universitarios pues, en un país donde los centros de formación artística profesional para otros sectores de la población son casi inexistentes, el CCU se constituye precisamente en uno, abierto al público en general. 

Pero principalmente, «debido al contexto, nos volvemos un espacio de resiliencia cultural, donde los artistas y las agrupaciones independientes nos buscan para poder proyectarse con libertad de expresión».

Por todo lo anterior, Cardona invita a todos los actores culturales nacionales a no dispersarse, sino a «sumar esfuerzos (…) hacia la construcción de una sociedad más solidaria», puntualizó.

* Escritora, periodista, pintora y dibujante. Autora del libro Raíces sumergidas, alas desplegadas (2014). Mención honorífica en el III Concurso Internacional de Microrrelatos Jorge Juan y Santacilia, con sede en Novelda, España (2016).

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