Cultura

Foto: Roberto Linares.

Se cierra el telón… y comienza la discusión

Con motivo de la realización del Primer Festival Internacional de Teatro Alternativo (FITAL), algunos artistas comentan un poco sobre la historia de los festivales, los aportes de IBERESCENA y la ejecución de este primer festival, no sin reflexionar acerca de la situación del teatro en El Salvador y de la promoción de instancias gubernamentales al quehacer artístico en esta rama.

Texto: Raquel Kanorroel*

Mayo 31, 2024

Omar Renderos, reconocido actor salvadoreño, nos dice que sin «entereza, testarudez y pasión desbordante» no puede darse «todo lo demás». Y con «todo lo demás» se refiere al primer FITAL, que se realizó el pasado mes de abril en el contexto de la celebración del IX Aniversario de La Galera Teatro.

Tal como ha sido el estilo de dicha agrupación a lo largo de sus 9 años, «hemos hecho este festival con el corazón hinchado, con las garras puestas, con esperanza y fe, siempre al borde de la acción», agrega Omar.

Sin embargo, a pesar del comprensible orgullo del actor por el esfuerzo realizado, en el ámbito teatrero nacional hay quienes señalan —sin dejar de reconocer el mérito y la necesidad de tal esfuerzo— que el lanzamiento del mencionado festival puso en evidencia algunos aspectos del teatro salvadoreño que no precisamente son motivo de orgullo. O, en todo caso, manifiestan su preocupación al constatar que ciertas falencias que el sector viene arrastrando por décadas siguen en pie.  

Pero, antes de exponer estos señalamientos, echemos un vistazo al entramado de motivaciones y procesos sobre el que se originó el primer FITAL.

Una cuestión de «fondo» 

Con motivo del noveno cumpleaños de La Galera Teatro, Omar Renderos y René Lovo (padre de dicho proyecto de teatro independiente) quisieron generar una actividad que colocara en la vitrina cultural tal efeméride, y por eso proyectaron hacer un festival. 

Pero, dado que la precariedad económica ha sido el sello distintivo de tal espacio artístico desde su fundación en 2015 en aras de mantener su autonomía, su siguiente paso fue aplicar para los fondos de IBERESCENA, organización que tiene su sede en Madrid y que funciona con la participación de los gobiernos de diferentes países de Iberoamérica. El Salvador es miembro de IBERESCENA a partir del período del FMLN.

«Cada país asigna, proporcionalmente a su capacidad, un fondo a IBERESCENA. Este fondo lo decide cada gobierno en acuerdo con la organización. Imagino que habrá un mínimo o un máximo, eso lo desconozco. En el caso de El Salvador no sé cuánto dinero es, y esa es una buena pregunta para el director Nacional de Artes», comenta Lovo. 

El fondo asignado por cada gobierno se repite entonces año con año, y se distribuye entre los ganadores de lo que podría llamarse un «certamen anual».

También, cada país cuenta con una «antena» de IBERESCENA en sus respectivos Ministerios de Cultura. Según nos explica Lovo, dicha «antena» coordina todos los procesos relativos al mencionado certamen que se dan en cada nación. 

Según René Lovo, las decisiones para elegir las propuestas ganadoras de los fondos de IBERESCENA se toman por la calidad de las propuestas y no por razones políticas o ideológicas.

René Lovo, director de Teatro y fundador de La Galera, durante la apertura del Primer Festival Internacional de Teatro Alternativo, FITAL, otro fruto de su «testarudez» y la de sus compañeros. Foto Roberto Linares.

Proceso para optar a los Fondos de IBERESCENA

Las variadas propuestas teatrales aspirantes al fondo se envían libremente al correo electrónico de la organización iberoamericana, la cual las recibe, estudia y discute en coordinación con las ya mencionadas «antenas», realizando varias reuniones anuales para tomar decisiones.

René manifiesta que el número de propuestas enviadas anualmente a IBERESCENA desde El Salvador es variable, pero que suelen seleccionarse tres ganadoras a lo sumo, «porque el dinero que aporta el gobierno de El Salvador no es mucho, comparado al que aportan los gobiernos de otros países», explica. De modo que no se sabe cuántos ni cuáles grupos participarán cada año en el certamen.

Pero René sí es enfático en afirmar que «a nadie se le pide permiso para enviar las propuestas», y quiere dejar firmemente asentado que no existe aquí ningún «filtro» o ninguna «preselección» por parte del Gobierno, ya que «este no interviene casi en nada. Las decisiones se toman por la calidad de las propuestas y no por razones políticas ni ideológicas».

Cómo se elige a los ganadores

La asignación de los fondos es una decisión conjunta, tomada entre los miembros de IBERESCENA —quienes conforman un comité— y la «antena» en el ministerio correspondiente. El ministerio «tiene entonces voz y tendrá voto seguramente», reconoce Lovo, pero sólo para aclarar de inmediato que la decisión final no corre por cuenta de la entidad gubernamental.

Y es que, para seleccionar el proyecto ganador, cada propuesta debe satisfacer los criterios y pasar por los filtros técnicos y artísticos de los expertos de IBERESCENA, que son sumamente rigurosos en cuanto a la presentación del proyecto: «Ponen un montón de requisitos técnicos y formales que, si no se cumplen, por muy buenas que sean las propuestas, no se aprueban», acota René. 

Luego de este exigente proceso se decide el proyecto ganador y se le asigna el correspondiente fondo, el cual por lo general cubre sólo un 20% del presupuesto del proyecto. 

«Nunca IBERESCENA patrocina la totalidad del presupuesto, así que el grupo premiado tendrá que ver cómo consigue el resto del dinero», explica René, manifestando que La Galera Teatro no logró recaudar su presupuesto total, «y por eso tuvimos que reducir en buena parte la realización del festival». 

Por otro lado, también nos indica que hay reglas claras en IBERESCENA: después de ganar dos veces continuas un fondo, el grupo —o el artista— así galardonado no puede seguir participando directamente, por lo que el fondo se les asigna a grupos o artistas diferentes.

Para Omar Renderos, la idea del FITAL es replantearnos y contextualizar un proyecto en el que está intrínseco el espíritu de sinergia cultural.

El Primer FITAL fue inaugurado con la presentación de la obra «La razón blindada», escrita y dirigida por Arístides Vargas y representada por la agrupación 24th Street Theatre, de Estados Unidos. Foto: Luis Galdámez.

Reconstruyendo un tejido roto

Además de celebrar a lo grande su IX aniversario, en la organización del FITAL hubo otra motivación más profunda, según apunta Omar Renderos, y es que en el país «adolecíamos de ausencia de festivales de teatro, como los que se hacían años atrás con Fernando Umaña, quien dirigía Creatividad sin Fronteras, todo un referente a nivel centroamericano: por motivo de voluntades políticas, falta de apoyo de las empresas privadas, por la pandemia misma, eso ya no se dio (…) Ahora, la idea es replantearnos y contextualizar un proyecto en el que está intrínseco el espíritu de sinergia cultural», sinergia que él asegura se gestó en los 10 días que duró el FITAL y que «volverá a reconstruir ese tejido, ese circuito centroamericano que habíamos logrado en años anteriores (…)».

Y es que «las cosas aparecen y desaparecen, los procesos son truncados», reflexionó Renderos, de modo que la única forma de enterarnos ahora de lo que «se está dando, hablando, dialogando y accionando en el teatro centroamericano» es a través de esa sinergia única generada en el contexto de un festival.

Al respecto, Omar observa que el teatro en el istmo «se está replanteando, se está confrontando, porque se están generando nuevos vectores en el imaginario de los creadores, vectores de los que surgen propuestas arraigadas al sentir, al ser, a la identidad de cada país».

La Galera Teatro, ¿todavía una instancia independiente y autónoma?

Ciertamente, La Galera Teatro generó la propuesta del festival, y luego lo organizó y ejecutó. Sin embargo, René Lovo y Omar Renderos reconocen que contaron con «el apoyo indiscutible y total del MINCULTURA».

«Puedo incluso afirmar que, de no haberlo recibido, el festival difícilmente se hubiese podido organizar», apunta Lovo, reconociendo el positivo papel jugado por la Ministra de Cultura, la maestra Mariemm Pleitéz.

Pero René aclara que ese apoyo fue así porque «así es como tiene que ser, porque ésa es la razón de ser del Ministerio. Al festival lo apoyó incondicionalmente, pero esto no significa que ahora nosotros estamos comprometidos con —o subordinados a— las políticas oficiales ni mucho menos».

Al contrario, Lovo está convencido de que este acercamiento con el Ministerio significa una buena oportunidad para entablar un diálogo constructivo con el Estado y obtener el debido apoyo de éste. «Se trata de establecer alianzas indispensables con el Estado para que los grupos autónomos puedan realizar sus propuestas (…) La cooperación entre los independientes y el Estado le hace bien al país», afirma Lovo, agregando que los beneficiarios de esta alianza serán el público, el teatro mismo y los grupos teatrales. 

El aporte del Ministerio de Cultura consistió en la exoneración del costo del alquiler del auditorio de la BINAES más la compra de boletos para ser distribuidos gratuitamente entre diferentes poblaciones.

«El intercambio cultural internacional es esencial, porque hermana a los pueblos, sobre todo a los latinoamericanos», expresó el actor Jesús Castaños-Chima, acá interpretando a De la Mancha en la obra. Foto: Luis Galdámez

Y es que «no es fácil obtener el financiamiento de la empresa privada, porque el teatro, si no es comercial (…), difícilmente obtendrá el apoyo de aquella», señala. Sin embargo, confía lograr, en el futuro, «enamorarla y hacerla partícipe de este evento cultural».

FITAL puede considerarse entonces, según Renderos, una «coproducción» de La Galera Teatro y el MINCULTURA, debido al «fundamental aporte» que dicho ministerio brindó, según lo expresa Lovo. Dicho aporte consistió en la exoneración del costo del alquiler del Auditorio de la BINAES, más una considerable compra de boletos patrocinada por el mismo Ministerio, para luego distribuirlos gratuitamente entre diferentes poblaciones (estudiantes y maestros del CENAR, otros ministerios, escuelas, centros culturales y público en general). Por su parte, Omar menciona que el MINCULTURA también proporcionó un estipendio para que otra cantidad de boletos quedase a mitad de precio.

Sin embargo, en cuanto a los estudiantes, Lovo reconoce que los alumnos de ciertos colegios sí pagaron la entrada para ver las obras: si no hubiesen cobrado, explica, no habría alcanzado el dinero para cubrir los gastos del festival. 

La cara que ríe y la cara que llora…

«Creemos que este festival está dando una pauta importante y, si seguimos empujando la carreta, pues, ¡bienvenidos sean más FITALES!», puntualiza alegremente Omar Renderos, mientras que René Lovo expresa que «La Galera Teatro se siente muy satisfecha por haber podido organizar y realizar este Primer Festival Internacional de Teatro Alternativo».

Pero, antes de continuar «empujando la carreta del FITAL» y no obstante la merecida satisfacción que Lovo y sus compañeros experimentan por llevarlo a cabo, será interesante escuchar y sopesar los señalamientos que algunos teatreros nacionales hacen, no tanto a la primera edición de dicho festival, sino a la problemática realidad teatrera —y, de paso, artística— de El Salvador. 

Continuará

* Periodista, escritora, pintora y dibujante. Autora del libro Raíces sumergidas, alas desplegadas (2014). Mención honorífica en el III Concurso Internacional de Microrrelatos Jorge Juan y Santacilia, con sede en Novelda, España (2016).

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