Cultura
Recuerdo una tarde en la feria internacional, estabas trabajando en el auditorio y vi que estaban realizando una pintura, trabajando con materiales como el cemento, trabajando en el piso. Quisiera que me contaras un poco sobre tu trabajo, ¿cómo conseguís tus pinturas?
Ese recuerdo me lo has traído a la memoria, es una etapa. Estuve explorando mucho con relación a la textura. Anterior en sí de textura mezclada de cemento con varias otras materias y luego unidas entre sí con pegamento y luego la emoción de verla plasmada en la tela e ir caminando sobre ella con color y sacarle brillo, qué sé yo, rasgarla y todo eso que, al final, te da un producto y es emocionante.
También me puse a pensar en ese tipo de trabajo mio que me surgió espontáneamente, de dónde me venía ese impulso. Yo recuerdo que viví en México 12 años y ahí desarrollé mi primer gran impulso hacia la pintura, la cuestión plástica y todo lo que tenía que ver con el oficio que se puede hacer en pintura, en manualidad, en escultura. Es ese trabajo que yo vi en Francisco Toledo, me encantaba mucho su trabajo y yo hice ahí algunos trazos nada más para recordarlo a él porque me caía muy bien, iba a sus exposiciones.
Al final, con el tiempo queda grabado en el inconsciente y me resultó la idea de desarrollarlo. Entonces, creo que en mí el trabajo nace como figura, primero como un sentido, como una sugerencia de algo vital que tiene relación con el ser, con cada cosa que podemos vivir, que queremos experimentar como seres humanos en sociedad y en nuestras propias interioridades.
Sí, tiene mucho que ver con mi trabajo, creo que una de las cosas que me atrae mucho es esa capacidad de ir uno aprendiendo poco a poco, ir profundizando en esa relación entre el ser, el hacer y el estar. Es como una relación de situarse en el mundo, pero no solo en el mundo exterior sino en el mundo desde adentro hacia afuera y de afuera adentro. Es todo un intercambio de energía ahí, que uno va descubriendo y que, bueno, creo que también tiene que ver un poco ese ADN de cada quien para ir modelando o arreglando la expresión porque a veces uno se contenta con algo que ha logrado y lo repasás y lo repasás hasta que vas descubriendo otras cosas. Y claro, en todo ese proceso a veces te desesperas, no encontrás la salida, no encontrás por donde, pero haces una pausa, lográs un flujo diferente de esa preocupación y regresa la energía.
Es un poco lo que yo leí de la metodología que tenía Henry Miller cuando escribía sus libros, de como tenía una forma de hacerlo de tal manera que de un día para otro él guardaba la energía para que al siguiente día esa energía le produjera más fuerza en lo que estaba haciendo. Entonces, tiene que ver un poco con eso pero además la necesidad de entender el mundo, de entenderse uno mismo y ante el mundo. Toda esa relación es como buscarle un sentido a las cosas que uno hace, que uno ve, que uno observa. Y claro, uno se nutre de los ejemplos, como te mencioné a Francisco Toledo y, aquí mismo, con todos los artistas que aquí han tenido gran desempeño. Yo me acuerdo que tuve la gran suerte de platicar con Salarrué, de ir a visitarlo, estar una tarde con él. Nunca había platicado con él íntimamente, pero él se abrió a contarme muchas cosas y fue para mi una gran experiencia.
A pocos días de morir, un mes antes de morir, se me dio esa oportunidad, porque ya la había tenido en La Palma, de estar con él, pero en grupo, pero ahí lo fui a buscar a su casa y me dio la buena suerte de estar con él una tarde. Pero, en verdad, lo que hay en el fondo de todo esto es que hay una fuerza que emerge de cada uno y que se expresa o busca la necesidad de expresarse. Y la figuración a veces a mi me resulta insuficiente como tal, entonces necesito un poco como lo que haces, casi que la destruís para volverla a reconstruir, tratar de encontrar los fondos de todas esas exploraciones y que, justamente, en ese hacer, deshacer y rehacer se va encontrando nuevas composiciones y nuevas formas que tienen que ver con tomar riesgos, atreverse al error. El error es importantísimo. Me acuerdo que el escultor Galleggo provocaba el error directamente para de ahí avanzar. Lo provocaba, es decir, su obra nacía del error. Y yo creo que más o menos en ese sentido me muevo. A veces me tengo que amarrar a mí mismo para no irme demasiado disperso, pero, en general, de esa manera es como que empiezan a salir algunas cosas y se van multiplicando, relacionando unas con otras y de ahí es interesante lograr mostrarlas, en lo que se pueda, porque ahora estamos limitados en mucho
Al final el perderse, reconstruirse, salir y el venir, el tratar de entenderse uno mismo es tratar de entender el mundo. Esa es una de las formas más interesantes que yo encuentro en tu trabajo, como una forma de exploración, como una manera de ingresar a un interior que al final ayuda a entender el todo.
Sí, es una forma de meditación, de debate interior y te encuentras con un vacío a veces o con un tumulto y empiezas a querer darle orden . Yo creo una cosa, y es que si uno se va a meter de lleno a un trabajo, una mañana, uno va como preparado un poco para eso.
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