Toni Nicolini (Milán 1935-2012) comenzó a trabajar como fotógrafo de reportajes a principios de la década de 1960, caracterizando sus trabajos con un fuerte interés social y también con una forma particular de narración poética. En este primer período de actividad colaboró con intelectuales como Luigi Crocenzi en el Centro de Cultura de Fotografía, con Danilo Dolci y sobre todo con el pintor Ernesto Treccani. 

Su fotografía nació en la estela de la documentación social y antropológica, caracterizada por las influencias del neorrealismo que, sin embargo, a fines de la década de 1950, ya absorbía las experiencias de renovación del lenguaje, provenientes de algunos maestros italianos y extranjeros. 

De 1970 a 1990 trabajó continuamente en los proyectos editoriales del Touring Club italiano, participando en campañas fotográficas sobre el patrimonio arquitectónico y artístico italiano, pero también sobre el territorio. Paralelamente a su actividad editorial, también desarrolla proyectos fotográficos para la industria, especializándose en reportajes dentro del mundo de la producción y realizando algunos monográficos para grandes empresas. Siempre comprometido con la difusión de la cultura fotográfica, ha organizado diversas iniciativas culturales y en 2010 fue galardonado con el Trofeo Internacional de Fotografía.

La suya es una fotografía muda, que invita a la observación, que no juzga y no crítica. Testifica, pero sobre todo interpreta: con participación, cuando asiste a una manifestación obrera; con ironía, cuando asiste a un baile en Mortara o asiste a una velada social en Milán; con alegría, cuando se encuentra con grupos escolares que visitan museos; con poesía, cuando fotografía el paisaje o construye pequeñas historias de vientos y niñas o de hojas flotando en el agua. 

Una tras otra las imágenes de Toni Nicolini reconstruyen el mundo que sus ojos han visto y releído, como escribe Cesare Colombo, con “mansedumbre e ironía, aparente ligereza dentro de una verdadera profundidad de visión”.

Estas imágenes, de los años 1966 y 1969, son de unos festivales de “L’Unità”, celebraciones que retoman el nombre del histórico periódico comunista italiano del PCI, fundado el 12 de febrero de 1924 por Antonio Gramsci.