Opinión
Ilustración: Luis Galdámez
En enero de este año, los ingresos corrientes del Gobierno (tributarios y no tributarios) cayeron en -$24.1 millones (-3.7%) con respecto a enero de 2022.
La reducción es significativa, pues se trata de un solo mes. Además, en su programación presupuestaria, el Gobierno esperaba recaudar $32 millones más que en enero de 2022 y recaudó 24.1 millones menos.
Los mayores descensos se dieron en el impuesto sobre la renta (-$11.1 millones), el IVA (-$10.2 millones) y los ingresos no tributarios (financieros; tasas y derechos; venta de bienes y servicios; y transferencias corrientes), que disminuyeron en -$2.2 millones. La caída del IVA se dio en los productos importados.
También disminuyeron, aunque en un monto menor, las recaudaciones por el FEFE y el FOVIAL (tributos a los combustibles), a pesar de que la gasolina y el diésel subieron de precio en enero. Eso significa que disminuyó el consumo de combustibles.
Según el ministro de Hacienda, el Gobierno ha tenido grandes éxitos en el combate a la evasión de impuestos. Si es como él dice, entonces la caída de la recaudación en enero se debe al descenso de la actividad económica. Todavía no es tendencia, pero es un mal arranque del año.
Inversión pública en picada
El Ministerio de Hacienda publicó recientemente el informe de ejecución financiera del año 2022, donde se muestra un gasto de capital de $734.3 millones, mucho menor al de 2021, que fue de $988.5 millones. La caída fue de -25.7%.
Además, el gasto de capital de 2022 representó el 40% del monto presupuestado, que era de $1,831.2 millones. No se ejecutaron $1,096.9 millones, que equivalen al 60%.
En el documento “Guía del presupuesto del Estado para el ciudadano” se dice que “los Gastos de Capital son recursos destinados a la ampliación de infraestructura social y productiva, y tienen por finalidad la formación de capital, es decir, el incremento en activos duraderos, por ejemplo: construcción de escuelas y hospitales, carreteras, presas hidroeléctricas, puentes, inversión en investigación, tecnología, títulos y valores, etc.”.
En activos fijos (obras y construcciones) se programó un gasto de $1,124.8 millones y solo se ejecutaron $381.8 millones (33.9%). En infraestructura se presupuestaron $746.3 millones y se invirtieron $171 millones (23%). En “capital humano” se invirtió el 25.6% de lo programado.
Lo que sucedió el año pasado es muy claro: el Gobierno no invirtió $1,096.9 millones que había presupuestado para escuelas, hospitales, infraestructura vial, obras de conservación, sedes de la Universidad de El Salvador y otras obras. Tampoco invirtió lo programado para recurso humano, que es fundamental para elevar la capacidad productiva, técnica y científica de la sociedad.
Este año no será diferente, pues se necesitan $1,915 millones para financiar todo el Presupuesto. El Gobierno no conseguirá la mayor parte de ese dinero, por más que le presten. Además, comenzó el año recaudando $32 millones menos de lo esperado. Al final, una cosa es la promesa y otra la realidad.
* Economista y catedrático universitario
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