Espacio Revista
  • Portada
  • Memoria
  • Cultura
  • Artículos
  • Entrevistas
  • Opinión
  • Internacionales
    • Foto
    • Video
    • Podcast
    • Caricaturas
  • Suscríbite

Cultura/letras

Ilustración: Luis Galdámez

Yolanda Blanco

Espacio Revista

septiembre 20, 2024
  • Instagram
  • Mail
  • Facebook

La autora se inició en la poesía a principios de la década de los setenta. La edición de su libro Así cuando la lluvia (León, julio de 1974), fue la primera de la serie de publicaciones con las que el entonces incipiente conglomerado de escritoras decantó el panorama poético nicaragüense. 

Licenciada en Letras, Blanco cursó estudios en Nicaragua, Francia y Venezuela. En León promovió los primeros recitales de las mujeres poetas. Entre 1978 y 1985 vivió en Caracas, donde participó de Calicanto, taller literario dirigido por Antonia Palacios, y de los recitales en los que los grupos Tráfico y Guaire expusieron la nueva poesía que iba a transformar la literatura venezolana. 

En 1985, bajo los auspicios del Pen Club publicó en Caracas Aposentos. En marzo de 2005, recibió el premio único del Concurso Nacional de Poesía «Mariana Sansón» por el poemario titulado De lo urbano y lo sagrado. 

Blanco reside en la ciudad de Nueva York desde 1985, donde se dedica al diseño y elaboración de programas para la educación bilingüe. Entre sus poemarios se cuentan: Así cuando la lluvia, (León, 1974); Penqueo en Nicaragua, (Managua, 1981), Aposentos (Caracas, 1984) y De lo urbano y lo sagrado (Managua, 2005). Su poesía forma parte de numerosas antologías editadas en Nicaragua, México, Ecuador, Puerto Rico, Estados Unidos, Francia y España.

Serenata con luna

Homenaje a Julio Max Blanco

¡Salud a tío Coyote,
el animal Quijote!
[…] Y el animal diente-quebrado
culo-quemado,
se ahogó en una laguna
buceando el queso de la luna.
Y ahí comienza su gloria
donde su pena termina.
José Coronel Urtecho

I. Ensayo con toda la orquesta

Enseñada a reverenciar sólo a héroes de grandes pectorales,
a peloteros que un desmesurado diciembre apalearon a Cuba,
a boxeadores que empeñaron el cuerpo por un puñado de dólares,
a Charles Atlas que ufanaban sus marchas triunfales
por la calle 15 de septiembre,
señalo, abuela sola de mí, a mi héroe sin fusil:

II. Son de toros

Son las tres de la mañana,
la señorona reclama su bolero preferido

Usted,
director de la mejor orquesta popular de Centroamérica
—los orondos salones donde relumbran lustrosos los atriles azules,
entrelazadas la jota, la eme y la be, así lo atestiguan;
y el sudor feliz y los “me-permite-este-set” halagados
de los que al ritmo suyo se enlazan—

Usted,
recopilador y arreglista de los cantos de La Purísima;
—véanse también los sones de Pascua que su pluma firma—,

Usted,
discípulo predilecto del maestro Delgadillo
—ahí está la partitura de “Las mancuernillas de oro”
composición dedicada a usted
puño y letra de nuestro grande clásico—,

Usted,
muy a pesar de todo
sin embargo,
tan sólo
el soplatubas, el rascaguitarras
el azotapianos,
el chichero

Tuerce, usted, entonces el brazo,
tuerce orgullo,
encorva dignidad —sin doblegarla—,
y complace:
1, 2, 3, ¡que arranque la charanga!:
Ven a mi vida con amor
que no pienso nunca en nadie más que en ti

Se aguan sus ojos al sobar el piano,
romancean la viola sus manos de marqués,
cortejan el acordeón

O, con los aires decembrinos,
fabrica su alma sueños de tuba,
agita pecho al teclear bemoles;
cálidos y estilizados
las semicorcheas y las fugas

Yergue el clarinete,
empina el trombón,
la tuba agacha dócil,
chicheramente corcovea:
Ese toro no sirve
Ese toro no sirve

III. Jarabito suelto

¿Supieron esos señorones
la conquista del bueno de Beethoven:
músicos nunca-más-baja-cogotes,
nunca-más-sirve-potentados;
más bien
músicos frente-en-alto, altivos,
aristócratas-del-espíritu, alma-erguidos?
No

No obstante, nunca desquitarse usted a lo chichero,
nunca agarrando aunque sea fallo,
descosidamente;
dar más bien sin ver a quién,
crear,
creer,
abrir el alma como se abre la caja de un violín,
parir purísimas las notas,
purir

IV. Mazurca viejana

Alumbró muy alto el sol
aquel día
en El Viejo
cuando usted nació

Alumbró muy alto el sol
día tras día
en su interior

La noche atrás sin conseguir hacerle sombra

Plumaje el suyo de esos
que cruzan por el fango y no se mancillan

Manso el corazón de usted, coyote aullador,
de usted, manso hermano de los mansos

V. Flauta sola

Tío Julio, tío Coyote,
burlado quijote,
¡cuántos quesos de luna
se creyó usted!
¡cuántas lagunas se bebió usted!
¿cuántos palos recibió
por los caminos de los pueblos sin caminos,
cuando
traqueteando
la camioneta lo llevaba
a la fiesta regional?

VI. Kirieleisón

La vieja Managua y usted,
usted y su vieja Managua,
¡apagarse como esta:
roto de corazón,
sangrado de espíritu!

¡Su vieja Managua!
Managua, Nicaragua is a beautiful town,
tenía mi burrita,
mi vaquita y mi buey

Del Arbolito dos cuadras a la montaña…

De Montoya una cuadra al lago…

la Managua llena de repartos y barrios cuyos nombres recordaban
a los parientes de los Somoza o a los mismos Somoza:
el Colegio Primero de febrero (por el cumpleaños de Somoza I),
la Colonia 5 de diciembre (por el cumpleaños de Somoza II);
el Parque Lilian (en honor a la hija y hermana);
la Colonia Salvadorita (dedicada a la esposa y madre);
el Estadio Somoza (con el caballo de Somoza I) y así…

la Managua de los Somoza
                            mas también su Managua
esa Managua de espaldas al lago y fea
                            mas también su Managua

la Managua suya
esa Managua
dando paso hoy al “progreso” de la autopista,
del parqueo,
del centro comercial,
de los huelepegas,
de los prostituniños

Herida el alma,
aguados los ojos…

Pero, señores: la función debe continuar

VII. Canto de Purísima

Mi violín de talalate lo saluda,
héroe espiritual,
héroe alfeñique,
héroe-sin-caja-pectoral

(Posada como un suspiro sobre el acordeón,
su mano tersa se abre y
alcanza una octava gozosa
que llega hasta mí):

Quijote somos
y este camino andamos
Quijote andamos
y este camino somos
Sabido entre nos:
perdiendo se gana
En pocas palabras:
la vida se anda con la guardia baja

VIII. Coda

La derrota qué importa, Quijote
Si revienta, ¡al saco, Coyote¡
Qué peaje tan parco
si en su caminar soñó que rozaba la luna 


Más letras

  • Un acercamiento al pensamiento de Luis Melgar Brizuela
    Ensayo, Letras

    Un acercamiento al pensamiento de Luis Melgar Brizuela

    Luis Alvarenga
    enero 10, 2025

    El poeta, ensayista e investigador literario Luis Melgar Brizuela nació en Suchitoto en 1943. Estudió literatura en la Universidad de El Salvador. En 1968, junto…

  • Dichos y diretes
    Dichos y diretes, Letras

    Dichos y diretes

    Ana del Carmen Álvarez
    enero 10, 2025

    Con el aval de la escritora, Revista Espacio publicará, de forma quincenal, algunos de los provocativos e ingeniosos términos y expresiones publicados en su obra…

  • Julio Valle Castillo
    Letras, Poesía

    Julio Valle Castillo

    Espacio Revista
    noviembre 15, 2024

    Nació el 10 de agosto en Masaya, Nicaragua, en 1952. Se ha destacado en diversas áreas de la literatura, como poesía, ensayo y narrativa. Ha…

Donación

EN ESTA EDICIÓN

  • Entrevistas
    «Estamos gobernados por una cúpula familiar, empresarial y política»

    «Estamos gobernados por una cúpula familiar, empresarial y política»

    El 1.º de junio se cumple un año de la segunda gestión del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en medio de una realidad que…

  • Foto
    Sebastião Salgado (1944 – 2025)

    Sebastião Salgado (1944 – 2025)

    Es reconocido como uno de los fotógrafos más comprometidos de nuestro tiempo, no solo por su maestría técnica, sino por su profunda empatía hacia las…

  • Memoria
    Retomar el cerro de Guazapa

    Retomar el cerro de Guazapa

    Durante el conflicto armado en El Salvador (década de los 80), la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) mantenía algunas zonas…

  • Memoria
    Milton Flores, «Loco» por la fotografía

    Milton Flores, «Loco» por la fotografía

    A mediados de 2005, un avión procedente de México arribó al Aeropuerto de Comalapa. En él venía un ex prófugo de la justicia. Periodistas de…

  • Memoria
    Últimas homilías de monseñor Romero

    Últimas homilías de monseñor Romero

    Obviamente el arzobispo tenía miedo. Sus últimos días fueron entre la serenidad de la oración y el abatimiento de la realidad. Repetía constantemente como hablando…

  • Memoria
    Paty Meza: la patita que venció al gavilán

    Paty Meza: la patita que venció al gavilán

    A Paty Meza la gente le preguntaba si bailaba, cantaba o hacía coros cuando decía que trabajaba con el conjunto Fiebre Amarilla. Tenía 17 años,…

Arte, cultura, memoria histórica y más.

  • Quiénes somos
  • Suscríbite
  • email
  • Facebook
  • Instagram
  • Twitter/X

© Derechos reservados 2022-25 ESPACIO COMUNICACIONES, LLC