Memoria

Edgardo Cuéllar. | Foto: Luis Galdámez
La radio: información, compromiso y lucha
Alberto Barrera
Junio 6, 2025
La historia de la radio informativa entre 1960 y 1990 relatada por Edgardo Cuéllar ha sonado con voz timbrada y famosa durante décadas. En una entrevista aludió a su compromiso y a la lucha por los cambios durante más de 30 años laborando para emisoras salvadoreñas.
Un vibrante y candoroso Edgardo recordó sus historias en un popular y ruidoso restaurante de donas al norponiente de San Salvador. Locuaz y divertido relató que su tarea fue más allá, junto a colegas que colaboraron en los 80 en las grabaciones de mensajes de la guerrilla urbana que después los rebeldes transmitían en radios que fugaz y atrevidamente ocupaban.
Imbuidos en la conversación no nos dábamos cuenta de que el café se nos enfriaba y teníamos que cambiar las tazas en una mañana brillante de noviembre, cuando a veces soplaban los atrasados vientos de octubre. En una pausa tuvo elogios para los que desde la universidad llegamos a inicios de 1980 a varias de las emisoras noticiosas de la época y explicó el papel de ese medio en la comunicación, la cultura y el periodismo de El Salvador.
Habló de sus inicios como locutor, su vinculación con el periodismo durante muchos años y los avances en su vida como profesional del micrófono hasta lograr ser la voz en mensajes publicitarios de la línea aérea TACA, el Banco Agrícola o la empresa Bayer, entre otros. «La radio es mi madre nutricia porque de ella he vivido, he educado a mis hijos», sostuvo enfático el veterano hombre del micrófono.
Desde inicios de los 70 y durante muchos años laboró en YSC Radio Internacional, en el 1025 de la frecuencia AM, junto a su propietario Felipe Ochoa Valenzuela, para que se mantuviera entre las primeras radios con informativos independientes, aun siendo críticos del poder. Esa labor la compartió con colegas vinculados a la izquierda política y armada.
En los 50 se impulsó el periodismo radial, que tuvo sus inicios en los 40, pero brilló en los 60 en las radios Reloj y La Popular.
Su pasión comenzó a inicios de 1950 cuando, de niño, la radio despegó como el principal medio de comunicación en el país. Participó en la radionovela «El Derecho de Nacer», la versión salvadoreña que produjo en 1955 Radio YSEB La Voz del Continente, en la que Guillermo Hernández interpretó a Albertico Limonta, el personaje principal de la producción radiofónica original de Cuba en 1948.
En los 50, «la época de oro» de la radio salvadoreña, hubo destacadas voces y se produjeron programas y novelas originales que sedujeron oyentes, y se impulsó el periodismo radial, que tuvo sus inicios en los primeros años de 1940, pero brilló en los 60 en las radios Reloj y La Popular.
Otras como YSU, ya tenían antecedentes en los informativos, desde sus inicios en diciembre de 1946, o YSKL Radio Universal, que se fundó en 1956, y en la que dos años después se iniciara la transmisión del noticiero «Mediodía», que dirigió el escritor Oswaldo Escobar Velado y, como reporteros y redactores, los poetas y escritores Roque Dalton (asesinado por sus compañeros de la guerrilla en mayo de 1975) y Roberto «Pichón» Cea. Fue cerrado al poco tiempo.

Edgardo Cuéllar. | Foto: Luis Galdámez
El periodista Leo Ramírez compartió una investigación que hizo y asegura que «el día que los locutores se despidieron dijeron: “Y esta será nuestra última emisión porque por orden del director general de la Policía Nacional será clausurado este noticiero, y se nos acaba de informar que a la puerta de esta estación hay dos policías esperando capturarnos”». Eso fue en cumplimiento de la disposición del entonces presidente, coronel José María Lemus, pero no los detuvieron.
Edgardo Cuellar recordó los años 60, animado pero añorando el trabajo que realizaron en las radios Reloj y La Popular, que reportaban los hechos de la realidad política y social del país. En esa época el ambiente político se agudizaba por la pobreza, la falta de libertades y la represión de sucesivos regímenes militares que, 20 años después, generó el largo conflicto armado que concluyó en 1992 con una estela de 75,000 muertos y daños millonarios.
Radio Reloj desapareció en 1965 por presiones del gobierno del coronel Julio Adalberto Rivera.

Edgardo Cuéllar en el 86 Aniversario de Radio El Salvador otorgo un reconocimiento a pioneros de la locución en El Salvador. | Foto: Luis Galdámez
«Radio Reloj (fundada en 1960) quizá fue la mejor emisora periodística que ha dado este país. Comenzó siendo una imitación de Radio Reloj de Cuba, pero con la llegada de Omar González (†) cambió radicalmente y se convirtió en una radio única. Sus producciones comerciales eran diferentes, pues estaba alejada de las agencias de publicidad, ahí se hacía todo», dijo Edgardo.
«En radio Reloj teníamos que reportear y escribir la noticia… Había programas especiales como uno que se llamaba «Mesa revuelta», que era una entrevista con comentarios», dijo.
La emisora desapareció en 1965 por presiones del gobierno que en esos años presidía el coronel Julio Adalberto Rivera. «Fue una gran escuela» afirmó Cuéllar, y añadió que siguieron de cerca el desarrollo de la organización de maestros ANDES 21 de junio, que en 1968 impactó al país con las marchas multitudinarias y una huelga que paralizó la nación.
En esa radio trabajaron periodistas y locutores de la época como Rosendo Majano, Toño Guerrero, Renán Alcides Orellana, Efraín Pérez Gómez y Pepe Bejarano, técnico.
Con el cierre de radio Reloj, Toño Guerrero fundó en 1965 radio La Popular, en la que sus empleados siguieron el ritmo y la pasión por informar, entre ellos estaba Edgardo. «Sus plantas transmisoras estaban en San Antonio Abad y para instalarla trabajábamos hasta las 2:00 ó 3:00 de la mañana, por la ilusión de una radio. Cuando había noticias importantes hacíamos los reportes por teléfono desde una cabina (pública) o una oficina en la que nos permitían usarlos», recordó Cuéllar al aludir a la inmediatez noticiosa de la emisora.
Pero «a raíz del espíritu informativo del que estaba impregnada, desconocidos le dieron fuego y terminó todo» en 1971, dijo nostálgico. Entre 1967 y 1972 el presidente fue el general Fidel Sánchez Hernández.
El historiador y político Olimpo Sáez dijo que Alonso “Bucho” Pinzón «hizo de la radio un arma política y electoral».

En la época de los años 60 y70, Edgardo Cuellar formaba parte del elenco artístico en las producciones radiofónicas, interpretando diferentes personajes por su especial tono de voz. | Foto: Edgardo Cuellar
Antes de La Popular recordó que «hubo un programa en Radio Continental, que hoy es Radio Clásica, y se llamaba “El pueblo opina”», que duraba una hora y «fue tan exitoso que se alargaba hasta por cinco horas», y explicó que lo hacían «por respeto a la audiencia», que masivamente opinaba sobre la realidad del país.
«Doña Betty (Suárez, propietaria) tuvo problemas porque comenzó una campaña contra los judíos. Hubo cosas feas y el programa se suspendió», dijo. En la producción «estaba un periodista panameño que se llamaba Alonso “Bucho” Pinzón y tuvo que irse, (pero) lo producimos durante dos años más». Con la supresión del programa, Edgardo dirigió la emisora «y la hicimos musical, pero mi pila era el periodismo».
Pinzón falleció en Panamá en abril de 2020. Se le reconoció su aporte a la radio integrando la llamada «Época de oro» en su país. En 1968 se había vinculado a la política con los «Boinas Negras Arnulfistas». El historiador y político Olimpo Sáez dijo que Pinzón «hizo de la radio un arma política y electoral».
YSC Radio Internacional
A inicios de los 70, Cuéllar se incorporó a YSC, fundada en 1949 por Felipe Ochoa, y estuvo ubicada frente a la iglesia Concepción, al oriente de la capital. En YSC «todas las noches había programas en vivo de concursos, cantantes y preguntas».
Aseguró que después de una presentación el cantante estadounidense Andy Russell, de origen mexicano —nacido como Andrés Rabago Pérez— «se quedó a vivir un tiempo en el país», pues «en ese tiempo don Felipe era bohemio, vivía de noche y descansaba de día, hacía una ronda de bares en la zona de la Avenida (un elegante sector al entrar a la capital por el Oriente). Su esposa era dueña del bar Blue Star».
Don Felipe «fue diputado suplente del PRUD (Partido Revolucionario de Unificación Democrática que gobernó el país hasta 1960) y era amigo del coronel Óscar Osorio (presidente 1950-1956)», dijo Cuéllar.
Nos habíamos posicionado tanto en lo informativo, que en el mercado San Miguelito todas las vendedoras ponían sus radios a todo volúmen.

Durante un acto cultural, Edgardo Cuellar recibe reconocimiento junto a voces de la locución salvadoreña. | Foto: Luis Galdámez
Al llegar a YSC «unimos esfuerzos con Jorge Armando Contreras (†) en dos programas, uno a las 6:30 de la mañana que se llamaba “La Verdad en el Aire”, y el mío “Radio Prensa”, de la 1:00 a la 1:30 de la tarde, que llegó a tener una audiencia increíble por el tipo de información y la dinámica con que se desarrollaba».
Cuéllar relata que, en lo informativo, «nos habíamos posicionado tanto en la audiencia que en el mercado de San Miguelito todas las vendedoras tenían sus receptores a todo volumen. El curita de Aguilares sacaba los parlantes de la iglesia para que la escuchara la gente, era bien consecuente», y agregó que el párroco de esa ciudad (1967-1977) era Rutilio Grande, hasta que fue asesinado en marzo de 1977.
Anécdotas de Edgardo Cuéllar
La reina de los campos pagados
«De ser una radio de poca facturación YSC llegó a ser importante y don Felipe me decía que nunca había llegado a ganar tanta plata, se convirtió en“la reina de los campos pagados”. A diario llegaban espacios con dinero en efectivo en bolsas de manila de un chorro de sindicatos, de las organizaciones populares y otros clientes». dijo con una sonrisa.
La guerrilla se tomaba la radio
«En los 80 dejó de ser la radio de los campos pagados porque Casa Presidencial y el Coprefa (Comité de Prensa de la Fuerza Armada) debían revisarlos primero —revisaban hasta las noticias—, nos negamos a eso y dejamos de transmitir, no nos sometimos a la censura. En ese tiempo YSC estaba al lado de la embotelladora La Cascada, sobre la 29 Calle Oriente. Era una casa con un montón de rincones donde grabábamos comunicados de las FPL (Fuerzas Populares de Liberación) y luego los guerrilleros se tomaban la radio para transmitirlos. Don Felipe sabía eso. Aquello era peligroso pero divertido… En esa casa había un pasillo en donde estaba la cabina de locución. Llegaban los guerrilleros, en nombre del pueblo —yo sabía quiénes eran, aunque estaban encapuchados—. Una vez, cuando don Felipe iba saliendo se topó con uno y le dijo: «Perdón don Felipe» y este respondió: «No tenga pena», pero le pidió que regresara: «No joda, venga a amarrarme si no van a creer que yo los apoyo (jejeje)… En esa época don Felipe tenía 80 años, era consecuente y estuvo en la mira de los escuadrones de la muerte, pero hubo angelitos que lo protegieron a él y a mí».
Don Felipe: «Qué programa más vergón»
«Una vez, para el aniversario del triunfo de la revolución sandinista, el programa del viernes “Sabor a Salsa”, se extendió hasta las dos de la madrugada. Parecía una incongruencia que música rítmica la combináramos con poesía, y funcionó. Era en vivo con un editorial exaltando la revolución… Al terminar, veníamos bajando de las instalaciones del transmisor con Chamba Juárez (1946-2019) y Paco Palma. Y vemos las tanquetas de la Guardia Nacional. “¡Puta por nosotros vienen!”. Y nos escondimos, se fueron de paso y pensamos que era porque transmitíamos desde la planta (en los alrededores de Apopa). Al día siguiente, llegué a la radio pero no entré. Pensaba “por mí van a cerrar la radio”, y pasé como una hora en las gradas de la entrada. Al final toqué la puerta y estaba don Felipe en una silla. Al verme sonrió y dijo “qué programa más vergón”, y me mostró unos discos para que los programara en la siguiente ocasión, uno era La Misa Campesina. Fíjate en vez de estar emputado estaba feliz».
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