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Fotoilustración: Luis Galdámez
Fragmento de homilía del 30 de septiembre de 1979
Lo que Dios da es para todos los hombres
Espacio Revista
Mayo 2, 2025
Lecturas:
Números 11, 25-29
Santiago 5, 1-6
Marcos 9, 37-42.44.46-47
Lectura de Santiago 5, a la 6
«Así que vosotros, los ricos, llorad y dad alaridos por las desgracias que van a caer sobre vosotros. Vuestra riqueza está podrida, y vuestros vestidos, apolillados. Vuestro oro y vuestra plata están llenos de herrumbre, y esta herrumbre será vuestro testigo de cargo y devorará vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado riquezas estos días, que son los últimos. Tened en cuenta que el salario de los obreros que segaron vuestros campos y que no habéis pagado clama al cielo; y que los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor todopoderoso. Habéis vivido sobre la tierra lujosamente y os habéis entregado a los placeres; habéis hartado vuestros corazones para el día de la matanza. Condenasteis y matasteis al justo, que no opuso resistencia». Biblia de Jerusalem.
Explicación o comentario de monseñor Romero en la homilía (pág. 380, tomo V)
«Aquí encuentro, nada más para organizar el pensamiento de Santiago, los tres grandes males de la riqueza cuando se abusa de ella. No se condena la riqueza, sino el abuso de la riqueza.
Lo primero es absolutizar un bien limitado. Su abundancia injusta es testimonio contra el mismo propietario. Cuando habla de oro que se enmohece, de abundancia de vestidos que se están picando, en vez de darlos a los pobres, está diciendo: esa abundancia es un testimonio de que no hay que absolutizar lo que se tiene, sino compartirlo. Es lo segundo pervertir el fin de la riqueza. Compartirlo con los trabajadores que te ayudan a levantar la cosecha. Y tercero, lo que yo digo en mi carta pastoral: destruir al propietario injusto. La idolatría de la riqueza no solo ofende a Dios, sino que destruye al mismo que la posee.
Y es lo que dice Santiago en la carta de hoy: «Habéis vivido en este mundo con lujo y entregados al placer, os habéis cebado para el día de la matanza». El domingo pasado, yo no me acordaba del autor de aquella frase que les cité en italiano y cuando salíamos, televisión italiana, que había estado con nosotros, me dijo: «Esa frase es del cardenal Montini, cuando era obispo de Milán». El papa Pablo VI dicen que llamó a todos los empresarios de Milán y les dijo esa famosa frase: Spogliatevi, se no, vi spoglieranno, es decir: «Despojaos, si no os despojarán». Yo creo que, antes que nos quiten por la sangre y la violencia, demos por amor».
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