Cultura

Ilustración: Luis Galdámez
Y el verbo se hizo canto
Carlos Mejía Godoy
Febrero 21, 2025
Carlos Mejía Godoy, el talentoso cantautor que conocemos por Son tus perjúmenes mujer y Nicaragua, Nicaraguita, hoy en el exilio de su patria querida, nos comparte su libro Y el verbo se hizo canto. Memorias, en el que presenta 50 canciones «con diversos ritmos, sabores, colores y texturas». Hoy los invitamos a esta mesa servida con una de esas 50 canciones, su letra y una historia relacionada para el recuerdo.
***
Panchito Escombros
Letra y música: Carlos Mejía Godoy
Me llamo Francisco y soy medio-bizco
me hizo Dios así
A mí me hacen rueda en las polvaredas
del Reparto Schick
Quedé sin trabajo y ahora carajo
todo se acabo
Hace quince días entre a las cuadrillas
de demolición
y me encontré en la brigada
con el pofi Cuerpueleón
con Porfirio Care-mula y Venancio Sarampión
Mi nombre es Pancho Cajina
Managua terremoteado
y aunque tengo mala espina
yo no soy mal bozaleado
Mi nombre es Pancho Cajina
pero tengo un mal apodo
por trabajar en las ruinas
me dicen Panchito Escombros
Tuve un rifi-rafa con un tipo chafa
que es de aquí nomás
Por su care-perro fue que lo escogieron
como capataz
El mentado clinche fue por un bochinche
que inventó el jayan
porque en los escombros con tremendo asombro
divisé un collar
Un collar de fantasía que le quiero regalar
a la Pilucha Bonilla mi mujer del Oriental
Mi nombre es Pancho Cajina…
En el alboroto de este terremoto
todo lo perdí
Perdí mi casita que era tan bonita
de la Tenderí
Me puse contento cuando supe el cuento
que iban a venir
muchas toneladas de carne enlatada
para mi país
pero siempre a la sardina
se la come el tiburón
y el que tiene más galillo
siempre traga más pinol
Mi nombre es Pancho Cajina….
***
Horacio Borgen Tróchez, empresario y amigo, quien desde antes del terremoto tenía el proyecto de editar un disco con mis primeras canciones, me mandó a llamar cuando regresé de Honduras, a mediados de 1973. En su tienda Sonorama, en el Centro Comercial Managua, tuvo lugar la cita para escuchar su oferta.
—Mirá, Carlos, aquí te tengo el contrato. Leelo con calma y lo firmás. Pero se me ocurre una idea: antes de sacar el primer Long Play (LP), te propongo hacer un disco sencillo con la María de los Guardias. Y al otro lado le ponemos alguna de esas mazurquitas que vos tenés.
—No, hermano. Ando «coqueando» una canción nueva, que tiene que ver con el terremoto.
—No nos enredemos, broder. Si metés una canción de protesta, vamos a matar a la gallina de los huevos de oro. Ahorita saquemos La María que es «carne-vaca»; pero no le pongamos al reverso nada que nos vayan a censurar. Acordate que la Maruca está en alitas de cucaracha, por aquello de un hombre arrecho llamado Sandino. Así que, por favor pofito, no alborotemos el avispero. Andá. Buscate un temita de relleno y vamos de viaje.
Pero ya tenía mi trompo enrollado. Si bien es cierto que el éxito de la María estaba asegurado, yo sentía que mi compromiso social estaba más allá de los intereses económicos y —llevado por mi conciencia— escribí Panchito Escombros.
Cuando mi patrocinador leyó el texto, pegó el brinco y se levantó del escritorio.
—Yo sabía que me ibas a salir con una busca–pleitos. ¡No ves que directamente le estás diciendo al «hombre» que se robó la ayuda internacional! Presos vamos a caer los dos. Esta es una denuncia.
—Sí, pero fijate bien que no digo las cosas descaradamente. Uso el recurso de la metáfora, a través de un dicho popular. ¿O es mentira que el que tiene más galillo, traga más pinol?
Horacio encendió un cigarrillo y se dirigió a su esposa Mirna Luz, quien despachaba a un cliente, pero con el oído atento a la discusión.
—¿Qué decís vos, amor? ¿Verdad que nos van a quebrar el yoyo por este loco?
Mirna Luz me volvió a ver con una sonrisita de complicidad y le dijo a su marido:
—No seas miedoso, corazón. Además, desde que planeaste trabajar con Carlos sabías que este piche estaba colorado. Así que no te hagás el nuevo. Sacá ese disco ya que, de todas maneras, las que vienen después para completar el LP, son las más peludas.
—Tenés razón. O la bebemos o la derramamos. ¡Juega la pelota! Cuando iba abandonando Sonorama oí que Horacio pegó el grito:
—Ahí te llevo chicles a la bartolina, porque vos ni fumás.

«Y el verbo se hizo canto»
Carlos Mejía Godoy
Puede encontrarlo a la venta en www.amazon.comhttps://www.amazon.com/-/es/verbo-hizo-canto-Memorias-Spanish/dp/B0C2SG4Q1L
Carlos Mejía Godoy y su esposa Xochitl Jiménez perdieron su casa y la mayoría de sus pertenencias por un incendio hace pocos días en Estados Unidos. Quienes quieran contribuir a la recolección de fondos para ayudarles, pueden hacerlo en este enlace:
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